18 de diciembre de 2014

CON PRECAUCIÓN

Los taxistas quieren su aguinaldo


Por: Sergio Mejía Cano
Sí bien es un hecho que la tarifa para el servicio de taxis en la capital nayarita es de las más baratas en todo el país; también es un hecho que los salarios de la mayoría de la clase trabajadora son muy bajos y que ésta misma clase de habitantes de Tepic, está consciente de que con los gasolinazos mensuales implantados desde hace ya varios años y el aumento de refacciones y toda clase de material para los vehículos, dichas tarifas se podrían considerar obsoletas, pero cómo aceptar un aumento en dichas tarifas si el aumento a los salarios no es en igual proporción.
Hay muchos taxistas, quizá la mayoría, que se queja porque no les autorizan un aumento a la tarifa a pesar de que ha quedado claro que el aumento de los combustibles los han dañado severamente en su economía y además, por la gran cantidad de taxis que circulan por las calles de la ciudad y por el poco pasaje, que se incrementa nada más a determinadas horas, pero no cotidianamente. De ahí, que muchos de los conductores de taxis se hayan auto-autorizado un aumento en el precio de las tarifas, cosa que por lo regular queda entre el taxista y el usuario siempre y cuando no exceda más de lo debido y del acuerdo de ambas partes; por eso ya muchas personas que se ven en la necesidad de tomar un taxi, antes de abordarlo le preguntan al chofer cuánto les va a cobrar, para ver si les conviene subirse o no, y si quedan de acuerdo en el precio por la dejada tanto el usuario como el taxista, no hay problema, cosa que sí lo hay o podría haber cuando el usuario sin preguntar aborda el taxi y al momento de pagar por el servicio el taxista le quiere cobrar ya no digamos un poco más de la tarifa autorizada, sino el doble o más de la expectativa que se había forjado el usuario.
Una cosa muy palpable es que por lo regular entre los taxistas quienes abusan en el cobro por dejada son por lo regular choferes jóvenes no más allá de los 30 años de edad, porque ya más mayores como que son más conscientes, y más aún los jóvenes de la tercera edad que son quienes cobran más apegado a la tarifa autorizada o si acaso le aumentan cuando mucho cinco pesos de más, pero no como los jóvenes físicamente que le aumentan al precio de dicha tarifa hasta 15 o 20 pesos de más; un aumento que ahora en estas fechas decembrinas, precisamente los choferes más jóvenes tal vez quieran ganar su aguinaldo exprimiendo al público usuario, porque cuando sale a flote la plática entre personas que se han visto en la necesidad de subirse a un taxi en días recientes, el común denominador de dicha plática es que les han cobrado más que otros días, y en ocasiones hasta los mismos taxistas que el día o días anteriores les habían dado el mismo servicio.
Respecto a esto del uso de taxi, han salido voces tanto de los mismos usuarios como de muchos de los taxistas, que ya es necesario que se incremente el precio en las tarifas del servicio de taxis; quizá entre los usuarios que se pronuncian por el aumento, sean personas con un poder adquisitivo mayor que al de la mayoría de la población que se opone a dicho aumento; y posiblemente hasta en el público usuario un poco más consciente del costo de combustibles y refacciones, se considere un aumento cordial al menos para que los choferes de los taxis tengan un margen económico más generoso; y precisamente debido a esto, dichas voces claman porque mejor se instaure la implantación de los taxímetros, tal y como ya se acostumbra en otras entidades desde hace muchos años; y para no ir tan lejos, como en Guadalajara, en el vecino estado de Jalisco. Sin embargo, precisamente en dicha ciudad tapatía, el taxímetro jamás ha servido para lo que fue implantado, pues el común denominador es como ya se utiliza regularmente aquí: preguntar antes de abordar cuánto se va a cobrar por la dejada. Desde luego que el taxista pone a funcionar el taxímetro cuando lleva pasaje, pero única y exclusivamente para cubrir el requisito o por si los llegara a parar una patrulla de tránsito y vialidad, y nada más, porque el precio por la dejada ya está convenido de antemano entre el usuario y el taxista.
Y tan así es de inoperante el taxímetro, que por ejemplo, en la “nueva” central camionera, en la zona conurbada de Guadalajara, hay un plano de la ciudad dividido en zonas por diversos colores en donde se indica el precio por dejada de acuerdo a la zona; y aun así ya esté preestablecido el precio, de todos modos el taxista pone el taxímetro, ¿por qué? Porque deben traerlo funcionando si llevan pasaje.



Sea pues. Vale.

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