Miguel Ángel Navarro: una transición sin enconos
Carlos Fránquez
Después de 5 cambios de gobierno en la entidad, en donde la constante mayoritaria de los que arribaban al poder era el encono hacia los que suplían, el Dr. Miguel Ángel Navarro Quintero, gobernador electo del Estado de Nayarit, plantea a la sociedad y clase política nayaritas, su voluntad de impulsar un gobierno de concordia. No más odios, no más rencores desde el poder hacia las fuerzas distintas a la que él representa.
La ocasión es de llamar la atención pues a gobiernos fundados en la picaresca; los negocios desde el poder; el circo, maroma y teatro; el narco gobierno y; los negocios y la charrería, les sigue el anuncio del arribo de una administración que decide poner, por delante de todo, a la política como eje para construir los consensos necesarios para transformar a Nayarit.
Ello sugiere que se descarta la pérdida de tiempo en la explotación de actos mediático-espectaculares de linchamiento para perseguir, sea por la mera palabra o los hechos, al grupo que pronto habrá de entregar el poder.
La voluntad del Dr. Navarro, sin duda, es para destacarse, pero desde ahora habrá que reconocer que no será una tarea fácil el compromiso que se echó a cuestas, desde el momento en que inició su campaña, con el lema de hacer las cosas entre todos: “juntos”. Son muchos años de abandono de la política, los intereses de los gobernantes estaban en otros ramos y, el diálogo con los contrarios, se consideraba un estorbo.
El tejido social no solo está roto, hay desgarros y, grandes trozos de la tela que nos cubría, se han perdido para siempre. Quien añore a ese Nayarit de antaño y busque reconstruirlo debe saber que está en un error: es un Nayarit distinto, con parches de muchos colores e intereses muy variados, el único que ahora se puede construir. De ahí lo acertado de convocar a todos a realizar tan enorme tarea. En el río revuelto de hoy día, el no perder lo que se tiene ya es ganancia, cualquier avance, un gran logro.
La recuperación de la política como eje para la creación de acciones públicas a favor de un desarrollo incluyente, implica el abandono paulatino de las estrategias mercadológicas que hacen de la ciudadanía una clientela manipulable, sea por los agentes del mercadeo comercial (actuales colonizadores de la política), o por los políticos carentes de principios ético-sociales, que ya hicieron la carrera de venderse al mejor postor.
Pero también habrá que abandonar el interés privado o de partido de los que mantienen el control de sus organizaciones, cual si fuera propiedad de sus familias y sus allegados. Los partidos son organizaciones de interés público y como tales, el Estado les asigna prerrogativas del recurso público. Los partidos deben recuperar su sentido social y cumplir con su función en esta realidad plural construida con muchos años de esfuerzo.
Bienvenida pues la disposición de diálogo y concordia que viene impulsando en los hechos el Dr. Miguel Ángel Navarro Quintero, confiemos en que su voluntad sea sincera y que igual de sinceras sean las voluntades de la clase política que le ha recibido en sus sedes institucionales.
Esperemos que esa misma voluntad persista hacia la sociedad en el momento en el que el mando le sea transferido y que la sociedad, con nuevas organizaciones más autogestionarias y de participación más amplia, sepa estar a la altura que los nuevos tiempos hoy reclaman.
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