INE, el futuro de la democracia y las instituciones
Marco Vinicio Jaime
México transita por una etapa política singular, con tal proceso de alternancia en la renovación presidencial, Congreso de la Unión, gubernaturas, congresos locales y alcaldías, surgido de un “discurso y método inéditos” que logró captar sin duda el sentimiento colectivo de la nación en una muestra comiciaria indiscutible e irrebatible el pasado primero de julio. De ahí la obligada reflexión y consecuente transformación institucional, como de incidencia popular que a su vez sean capaces de enfrentar eficazmente el inminente trastoque del ejercicio gubernamental. Se agota pues un ciclo, como efecto directo de la caducidad de un sistema que ya no dio para más, y quizá sus principales protagonistas -en la total ausencia de oficio político y comunicacional, de todos los colores y hasta insípidos camuflajes de alternancia- simplemente no quisieron dar más. No obstante, ¿será para bien, o para mal?
Mientras tanto, el Instituto Nacional Electoral (INE), considera que la lección correspondiente parte de entender y asumir ahora, “mirando hacia delante”, una nueva concepción democrática equivalente al impacto vigente: “de pensar, ser y actuar en tal democracia que asegure un estratégico contrapeso al fuerte y mayoritario voto de confianza otorgado”.
Por ello, la Consejera María del Carmen Jaramillo Castellanos, puso sobre la mesa -en su calidad aún de Coordinadora de la Comisión de Difusión del Instituto-, su haber experiencial de 13 años de trabajo y desenvolvimiento en la organización de procesos electorales, para pronunciarse en pro de una mejora sustancial en los esquemas de participación popular y de conjunción de esfuerzos con las instituciones, “comprendiendo que el poder no pertenece a una sola persona, ni la decisión del primero de julio, a que esta se emplee de manera vertical, en monólogos ni acuerdos unilaterales”. Pues solo así, precisó, será posible coadyuvar a suprimir cualquier tentación por incurrir en una indebida práctica de gobierno en todos los niveles.
En encuentro con columnistas y articulistas locales -bajo la siempre atinada y eficiente gestión comunicacional de la experta Sonia Partida-, Jaramillo Castellanos manifestó que es momento de reforzar una formación cívica que retome valores a efecto de adquirir conciencia del momento que se vive para proceder en consecuencia y construir en unidad solidaria un mejor espacio de oportunidades para todos.
La Consejera electoral, quien concluye -por normativa- en el transcurso de los próximos días su responsabilidad, se dijo satisfecha de haber contribuido a lado de una gran estructura de hombres y mujeres, tanto de experiencia como de entusiasta juventud, a dar cauce legal e institucional a la decisión de la sociedad en la elección de sus autoridades, de lo que deriva su inquietud por el que los canales de comunicación del INE con la ciudadanía se revitalicen a la par de sus propias demandas y necesidades, toda vez, según indicó, que el conocer a detalle el esfuerzo que entraña dicha responsabilidad, dará razones sólidas para una mayor credibilidad en las instituciones.
La Consejera Jaramillo Castellanos, ha consumado así, un paso importante en el inacabado aprendizaje que comporta la contribución al mejor funcionamiento institucional y del actuar político-gubernamental. Por consiguiente, manifestó su confianza en el desenvolvimiento del nuevo Gobierno, al igual que la evolución de los valores cívicos ciudadanos, llegando a alcanzar el equilibrio demandado que haga asequible asimismo el cumplimiento de las expectativas de los mexicanos.
Queda claro pues, que la coyuntura actual demanda de gran conocimiento de causa, efecto y razón, de oficio político, de elemental comunicación política y social, para saber interpretar en hechos de probada eficacia los sentimientos de la nación, de saber dar para recibir, de erradicar lo que provocó precisamente la marcada decepción social: la inequidad, el egoísmo, la pichicatería y la injusticia, del disfrute y el derroche de unos pocos a costa de la miseria y el sufrimiento de los muchos. La campaña permitió a los hoy ganadores, en efecto, captar el anhelo mayoritario y responder en función de atractivas líneas proselitistas, solo eso, de ofrecer una introducción express de lo que constaba su proyecto, y la campaña ya terminó. Ahora es urgente, una nueva decodificación inteligente que capte a cabalidad ese sentir general, y supere con mucho la incipiente introducción dada en la campaña, evitando al máximo dar la impresión de que las decisiones ya están tomadas, o en su efecto, todo foro o acción programada enfocada a recoger propuestas e inquietudes ciudadanas como los “Foros de pacificación”, es tan solo simulación protocolaria para imprimir un sesgo de legitimidad a proyectos unilaterales. ¿Qué sucederá entonces, será posible ver realmente una regeneración con un futuro mejor, de gran responsabilidad democrática e instituciones fuertes de lado de la ciudadanía? Habrá que verlo.
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