18 de diciembre de 2014

NAYARIT PLURAL

Una "dulce navidad"


Por: Fernando Gutiérrez Meza

La clase gobernante y sus familias, ahora podrán dormir tranquilos con la reciente determinación de los senadores de la República, que aprobaron exonerar a mandatarios y presidentes municipales que se aprovecharon del cajón presupuestal y hurtaron unos cuantos centavitos para terminar su casa blanca o pagar la letra del coche.

Lo anterior como pago a los políticos que hasta canas verdes les sacan los problemas de sus gobernados, que ponen por encima sus intereses personales y sacrifican a sus desnutridos y desvalidos hijos y esposa por atender de tiempo completo a los mendigos y desposeídos, como una muestra de humanismo y sensibilidad, que los mexicanos debemos aplaudir a nuestros gobernantes, por eso debemos perdonar sus pecados, aquí en la tierra como seguramente se hará en el cielo.

La nota de otorgar el perdón a esos vaquetoncillos que gobernaron sus Estados, fue publicada en todos los medios de comunicación para enterar al pueblo de esa trascendente determinación, que los exonera de cualquier acción legal que se pretendiera aplicar, y aunque millones de ciudadanos se sorprendieron con esa información, que no se trata con ninguna inocentada, ahora varios personajes que estuvieron en el poder dormirán tranquilos en las humildes chozas o casillas que lograron construir con el producto de su trabajo y el esfuerzo, pues no es nada sencillo, aguantar a diario a tanto pobre y maloliente que abordan a los gobernantes y les arrugan o impregnan sus limpios y perfumados trajecitos.

Todos ellos el día de mañana ya podrán salir con la frente en alto, no hay delito que perseguir y podrán contarle a sus hijos o nietos de las injusticias del pueblo que los juzgó sin pruebas y fundamentos, después que tantas desveladas y sacrificios les costaron por mantener la gobernabilidad de sus entidades o municipios.


Pese a lo que se diga y los millones de pesos que le perdonaron a los políticos, los mexicanos debemos aplaudir a los senadores, sacrificio hecho por la nación y sus políticos. El reto ahora es cómo hacer entender al pueblo de la viabilidad de esa determinación, que siempre se sujetó a la Gobernabilidad y la bendita y bien parchada Constitución.

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