La UAN en conflicto serio
Por: Sergio Mejía Cano
Algo está pasando no nada más en Nayarit, sino en gran parte del país en
cuanto a pagos de salarios y ahora se habla de la segunda parte del aguinaldo
que les corresponde por ley a gran cantidad de trabajadores tanto de la
burocracia como del magisterio.
Aquí en Nayarit, primero fueron los profesores (se engloban ambos
géneros) quienes se vieron obligados a protestar mediante marchas la falta de
pago de sus salarios ya devengados y que se les aclarara en dónde habían
quedado sus fondos para pensiones y jubilaciones, cosa que al parecer se le dio
una solución, si no definitiva, sí al menos congruente para aplacar los ánimos
de protesta de buena parte del magisterio nayarita, si no es que de
toda la planta laboral en su conjunto, por el momento. Y por si fuera poco, ya
está encima el problema de muchos profesores que han llegado a la etapa en que
tienen que ser jubilados y que no ven con claridad cómo les va a llegar dicha
jubilación, porque tienen que “hacer cola”, como se dice, para ver cuándo les
va a tocar el beneficio y más, por la preocupación entre los profesores
próximos a jubilarse que ha generado el rumor de que no hay o ya no existen los
fondos para las jubilaciones y pensiones que crearon ellos mismos con sus
aportaciones durante su vida activa impartiendo clases, aunados por supuesto a
las aportaciones federales de rigor.
Luego siguieron o casi al mismo tiempo, los burócratas, quienes también
no han cejado en el empeño de que se les pague tal y como es debido en tiempo y
forma, por lo que continuamente salen a las calles a protestar por la retención
de salarios y el poco esclarecimiento de algunos bonos a los que por conquista
laboral tienen derecho; y si bien las autoridades han sabido capotear más o
menos el conflicto con la burocracia de a pie recurriendo a recursos tanto
estatales como federales, el lío está muy lejos de aclararse del todo para bien
de todas las partes.
Y por si fuera poco, hoy en día es la Universidad Autónoma de Nayarit
(UAN) la que se encuentra en el ojo del huracán porque los catedráticos (la
mayoría) no han recibido el pago correspondiente a la segunda quincena de
diciembre próximo pasado y tampoco han recibido el pago del aguinaldo que les
han quedado a deber, motivo por el que amagaron ir a la huelga, a la suspensión
de clases o haciendo las vacaciones de fin de año aún más largas si no se les
paga lo que se les adeuda. Y si todo paro de labores del rubro que sea no deja
de ser engorroso para determinados sectores de la sociedad o para toda en sí,
el hecho de que se suspendan las clases y más en estudios medios y superiores,
sí que se podría considerar como de extrema gravedad, ya que si tan solo con un
día de clases que pierdan las nuevas generaciones se pierde todo un universo de
conocimientos que no llega a sus mentes frescas, el que no tengan clases tanto
tiempo es un atentado no nada más a los mismos estudiantes, sino hasta la
nación entera por permitir que muchos cerebros se sequen (literalmente) al
dejarles de llegar el flujo de conocimientos y aprendizaje tan necesarios para
dichas nuevas generaciones a quienes quizá, por la falta de clases muchos de
los estudiantes se sientan frustrados y desmotivados al ver que a los mayores
encargados de proporcionarles la facilidad del estudio, les importa muy poco su
futuro; y desde luego no a los académicos y catedráticos se le achaca la culpa,
sino a las autoridades que dejaron crecer el conflicto de la falta de los
salarios y aguinaldos, los que tenían por fuerza tener que estar a la mano
desde mucho antes de que los tuvieran que pagar, pero está visto que o no se
previno esto o a propósito se cortó el pago que se les debe a los catedráticos
de la UAN (como un caldo de cultivo), porque si se alega que no hay dinero,
entonces ¿qué se le ha hecho a los recursos económicos destinados al pago de
los académicos?
Entre el mismo estudiantado de la UAN surge la pregunta de por qué se
dice que no hay dinero para pagarle su quincena y aguinaldo a los profesores si
la propia UAN tiene enormes entradas de dinero mediante las cuotas de
inscripción que para muchos de los mismos estudiantes resultan bastante caras,
así como otras entradas de dinero por diversos motivos, pero que al fin y al
cabo son entradas de dinero que ingresan a las arcas de la UAN, así como el
tanto por ciento que se aplica en el pago del predial, cosa que se señala en el
mismo recibo de pago que dice que es aportación a la UAN. ¿Será todo esto acaso
un experimento?
Sea pues. Vale.
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